La Tita en Postales de mujeres

Tita-MujeresLuchadoras-Mar18-02-WebÉlide Cecilia Rivetto de Cardozo

28/12/1925 – 12/03/2012

Nació el 28 de diciembre de 1925 en Porteña (Córdoba) y fue anotada el 1 de enero de 1926. Era hija de descendientes piamonteses y tenía dos hermanos: Tito y Selva. De carácter fuerte, tenía un gran corazón y era muy solidaria.

La enojaban mucho las injusticias y los militares. “Nunca me enfrenté con nadie, excepto con las botas”, afirmó. Su padre militaba en el Partido Socialista. “De mi padre aprendí muchas cosas, era un ejemplo de militancia. Yo tenía siete años y leía La Vanguardia”, dijo.

Gliserio de San Ramón Cardozo era su marido y vivieron juntos hasta su muerte el 8 de agosto de 2001. Tuvieron dos hijos: María Rosa y José María. Le gustaba viajar, las comidas típicas y las costumbres de los lugares que conocía.

El 31 de marzo de 1975 a las dos de la mañana María Rosa fue detenida con su marido, Claudio Toranzo. “Nosotros nos movimos rápido y logramos que un forense la viera a las siete de la mañana. Estaba embarazada de ocho meses de mi nieto Mario. Logramos que la trasladaran al Buen Pastor”, contó la Tita. A José María, su otro hijo, lo detuvieron junto a Marta, su mujer, y Paula, su hija, en octubre de 1975.

Mucha gente dejó de hablarle por tener hijos “subversivos”. Se cruzaban de vereda, se hacían los que la veían. “Una vez en un velorio, cuando entré yo, se fueron todos. Quedé sola con el muerto”, contó.

Con otras familias se reunía en la Plaza Vélez Sarfield para recorrer cárceles en todo el país visitando a sus hijos: Buen Pastor, Encausados, UP1, Sierra Chica, La Plata, Devoto, Caseros, Coordinación Federal, Alcaidía de Rosario, fueron algunos de los lugares. “Nos dedicamos a que no les faltara nada, mejor dicho, lo mínimo indispensable para que los chicos pudieran sobrellevar la vida en las cárceles: ropa y comida. También nos movimos mucho para que las familias que no visitaban a sus presos se animaran y se acercaran a visitarlos”, dijo.

Trabajó toda su vida. Estaba jubilada de modista y siempre tenía algún encargo de arreglos de ropa para hacer. La gustaba salir de comprar y conversar con los vecinos del barrio. Durante los últimos años de su vida pasaba horas leyendo.

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